Hola. Esperamos que se encuentren muy bien. Gracias por acompañarnos otro domingo. Les escribimos desde Nueva York. Una ciudad que parece que ya dio por cerrado el año. Hay fiestas de despedida de año, buenos deseos, saludos, decoración, el resumen de Spotify. Pero falta un mes, todavía. Cualquier cosa puede suceder. Y así será.
Esta semana en New York Diario pensamos en los primeros residentes de Nueva York y qué queda de ellos en los escombros del presente; aprendemos cómo se adaptan las especies para vivir en la ciudad; y repasamos cómo afecta el cambio climático a Nueva York en particular y al noreste en general.
Historias de la semana
Los verdaderos primeros residentes de Nueva York
Cuando los holandeses llegaron en el siglo XVII a lo que hoy es la ciudad de Nueva York, sus encuentros con los pueblos indígenas, conocidos como los Lenape, fueron, al principio, mayoritariamente amistosos, según los registros históricos. Los Lenape ayudaron a dar forma a la geografía de la actual ciudad de Nueva York, pero los vestigios de su legado prácticamente han desaparecido. En una de las ciudades más diversas de Estados Unidos, es revelador que haya pocos neoyorquinos nativos. Sin embargo, hoy en día algunos Lenape están trabajando para devolver su herencia a la ciudad.
Así se adaptan las especies para sobrevivir en la ciudad
Las ratas marrones en la ciudad de Nueva York podrían estar evolucionando para tener filas de dientes más pequeños. Peces diminutos en el este de los Estados Unidos se adaptaron para prosperar en aguas urbanas contaminadas. Los pájaros cantores en Europa y los búhos en Argentina muestran evidencia de selección natural en genes asociados con la cognición. En todo el mundo, los seres vivos están evolucionando de manera diferente en las ciudades que en el campo que las rodea. Todos son ejemplos de evolución urbana: cambios genéticos que pueden ayudar a los seres vivos a adaptarse a la vida en entornos de grandes ciudades.
Así afecta el cambio climático a la vida en Nueva York
Cuando se trata de inundaciones provocadas por el clima, los 67 millones de residentes del noreste de Estados Unidos están especialmente en riesgo, y la envejecida infraestructura de aguas pluviales y alcantarillado de la región sólo empeora las cosas. Este verano, inundaciones históricas en Nueva York, Vermont y Massachusetts mataron a varias personas y causaron daños por cientos de millones de dólares, un anticipo de los peligros futuros relacionados con las inundaciones. Los eventos de precipitaciones extremas han aumentado un 60 por ciento en toda la región, lo que según el informe podría deberse a una combinación de más tormentas tropicales y una atmósfera más cálida y húmeda. Ninguna otra región de Estados Unidos experimentó un aumento tan marcado de las precipitaciones.
De la semana anterior
La huelga que cambió Nueva York
En1968, en Nueva York, hubo huelgas y protestas por el control comunitario de las escuelas públicas en el barrio predominantemente negro y latino de Ocean Hill-Brownsville en el distrito de Brooklyn. Los padres que se sentían excluidos del sistema de educación pública exigieron que se les escuchara a la hora de determinar los planes de estudio escolares. Eran negros y latinos. Y cambiaron algunas cosas.
Un antídoto contra el miedo y la deshumanización
Hay un nivel de miedo, odio y deshumanización que se puede controlar de muchas maneras. La invasión de Irak, que no tuvo nada que ver con los ataques a las torres gemelas, fue posible gracias a la xenofobia y el miedo masivos que surgieron a partir del 11 de septiembre. Fue un momento en el que las acciones de un grupo muy específico de personas se utilizaron para justificar la violencia contra millones de personas. Hoy, unas dos décadas después, asistimos a un proceso similar en otra parte del mundo, basado, una vez más, en la deshumanización y el miedo extremos. Hay muchos antídotos para esto. Uno de ellos es la antropología.
Del archivo
Ahora todos queremos a Nueva York
¿Por qué necesitamos logos para las ciudades? Estas campañas se despliegan como parte de un proceso de desarrollo de marca para generar sentimientos acerca de un lugar. Estos esfuerzos de marca de lugar pueden reunir a las comunidades en torno a las ideas que más les importan a estas personas, ya sean sociales, económicas o incluso ambientales. Veremos qué tal funciona en esta ciudad cargada de marcas y sentimientos.
La cultura es demasiado cara
Sin acceso público, una cultura se vuelve muerta, un caparazón inerte que sirve como cómplice para obtener ganancias, mientras que es demasiado enrarecida y remota para prosperar. Los quaestores de los tiempos modernos utilizan la salud, la religión y el acceso al deporte y al arte como los de la Edad Media utilizaban la salvación: para explotar a las personas valorando demasiado lo que valoran. Solo al exponer estos monopolios culturales podemos evitar que lo que apreciamos se escape de nuestro alcance.
Y hasta aquí llegamos esta semana. Esperamos vernos en la próxima. Que todavía seguirá siendo este mismo año.
Si no lo hicieron y tienen ganas, pueden suscribirse a esta newsletter:
También pueden conectarnos en Facebook, Twitter e Instagram. O, simplemente, ir a las fuentes: cada domingo, en New York Diario, habrá algo que leer mientras toman un café donde sea que estén. Buena semana.